La Franquicia Tributaria: una oportunidad estratégica para las empresas que invierten en capacitación
En un entorno cada vez más competitivo, las empresas que apuestan por el desarrollo de sus trabajadores no solo fortalecen su productividad, sino que además pueden acceder a importantes beneficios tributarios a través del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE).
¿Qué es la Franquicia Tributaria SENCE?
La Franquicia Tributaria para la Capacitación es un incentivo del Estado que permite a las empresas descontar del pago de impuestos parte o la totalidad del gasto destinado a capacitar a sus trabajadores. En otras palabras, invertir en capacitación no representa un gasto adicional, sino una inversión con devolución vía rebaja tributaria.
Pueden acceder a este beneficio todas las empresas con trabajadores contratados y que paguen impuestos de primera categoría, sin importar su tamaño. El monto máximo que puede rebajarse dependerá de la planilla anual de remuneraciones imponibles.
Ventajas para los empleadores
- Reducción de costos: la capacitación se financia total o parcialmente mediante la franquicia, optimizando recursos.
- Mejora de la productividad: los trabajadores adquieren nuevas competencias que impactan directamente en los resultados de la empresa.
- Cumplimiento normativo y certificaciones: muchas industrias exigen formación continua en temas como seguridad, prevención, liderazgo o gestión.
- Fortalecimiento del clima laboral: capacitar demuestra preocupación por el desarrollo profesional del equipo, generando compromiso y pertenencia.
- Flexibilidad: las capacitaciones pueden ser presenciales, online o mixtas, adaptándose a la realidad de cada organización.
¿Cómo acceder al beneficio?
- Inscribirse en SENCE como empresa usuaria.
- Seleccionar un OTEC autorizado que imparta cursos validados por SENCE.
- Registrar la actividad de capacitación antes de su inicio.
- Aplicar la rebaja tributaria en la Declaración Anual de Impuestos.
Una inversión que genera retorno
La capacitación no solo mejora la productividad individual, sino también la competitividad general del país. A través del sistema SENCE, las empresas chilenas pueden capacitar a su personal sin afectar su presupuesto operativo, transformando la formación en una herramienta estratégica de crecimiento.
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